El día que tu mamá muera
- Robs
- 10 mar
- 9 Min. de lectura
Por una petición, y sin ánimo de ser oportunista, escribo una suerte de respuesta a un post de una marca de ropa sobre un tema sagrado que nunca se debe intentar decir a nadie cómo vivir: su duelo.

Te vas a romper
Habría que preguntar cómo es la dinámica de creación al interior de Mattelsa, pero como yo no sé ni nadie me ha contado, por ahora hay que imaginarse escenarios, y este es el mío:
El director, o jefa de redacción, o copy senior, o content manager, o content cualquier cosa, le dice al pobre fulano (o fulana) que se acuerde que el primer slide requiere un gancho, un hook, una frase llamativa; que sean menos de 12 palabras pa' que la gente alcance a leerlo incluso sin intentar leerlo: el ojo es más rápido que la mente. Lo van a leer, se van a escandalizar, van a querer seguir leyendo. "Tenemos 2.3 millones de seguidores. Con que unos cuantos caigan sucederá el efecto bola de nieve. ¡ESTO SERÁ VIRAL!".
El fulano (o fulana) duda, pero no dice nada; se rindió hace rato con su superior terco, obstinado, al que ya han felicitado en el pasado por posts brillantes como el que comparaba cocaína con azúcar. Ese día, que fue la primera "funa" que vivió en la organización, le dijeron que todo bien, que no importaba, que de hecho de eso se trataba porque 1000 comentarios diciéndote lo tonto que fuiste son ruido, dah, "si tenemos en comparación más de 60 mil likes, esos 1000 valen mierda".
Acostúmbrate, muchacho, a esos comentarios. La humanidad no quiere ser mejor, le molesta que le critiquen lo suyo, odian que les digan las verdades. Pero nosotros estamos aquí para incomodar, no para hacer amigos; el mundo necesita gente como nosotros. Entonces sí, ese primer texto para ese primer slide está perfecto. Aprobado. Mándalo a diseño.

El vacío será real
Ok, tenemos que decidir qué dirá el segundo slide. Hay dos caminos: matizas rápidamente lo dicho anteriormente para mermar la molestia que ya originaste, o lo refuerzas. Ojalá elijas lo segundo, pues queremos movilizar una emoción fuerte. Causemos odio e indignación, pero también tristeza y dolor. Empujemos hasta el borde, así aseguramos lectura hasta el final. Es más, ya decidí yo: hagamos lo segundo. Quiero que la gente sienta la tristeza que causa solo imaginar perder a su madre. ¿Y qué hacemos con las que ya la perdieron? Nada, que se acuerden de lo que sintieron.

Y en redes sociales, en este formato carrusel que implica deslizar para leer, lo que importa es el primero y el segundo. Después de haber logrado lo buscado ya los tienes a todos ahí, esclavos del tercero, el cuarto, el quinto, el sexto, el séptimo, el octavo. Y sientes poder, uno noble pero macabro, que es el de lograr hacer que la gente haga lo que tú quieres que haga. Que alguien lea, que alguien se enoje, que alguien saque pantallazos y te dedique letras. Los que saben jugar este juego están más orientados al ¿refrán?: "que hablen mal, pero que hablen".
Esclavos del numerito. Nadie acá está interpretando nada, nadie quiere saber qué significa tener tantos likes, qué significa el like hoy en día. Más importante aún: cuando tu marca ya está tan posicionada, ¿tiene sentido seguir jugando al juego de los numeritos? Prácticamente todo lo que pongas ya está secundado por una cantidad de gente en medio de tanta gente que te sigue. Tu mérito de haber logrado esos números ya está, el siguiente paso es estar por encima de eso: ya no te interesan tus numeritos, te interesa hacerlo bien.
A Mattelsa, hoy por hoy, no le interesa hacerlo bien.
Victimizarse o resignificarlo
Quisiera uno sospechar que no hubo mala intención del tercer slide en adelante, pero ya hay dos slides que avisaron que no.
Los textos tienen la bondad de avisar el camino en sus primeras líneas. Te enuncian su tono, su intención, su centro. Una vez decides tomar un camino espinado y venenoso, no hay forma de volver atrás, y quedan dos opciones: seguir o borrar. Y lo grave de todo este post es que el texto escrito tiene esa maravillosa cualidad de dejarte pensar en lo que estás diciendo, distinto al acto del habla, en donde la lengua también le puede ganar a la mente.
Cuando escribes, no escribes más rápido de lo que tu mente piensa; después de escribir te toca leerte y piensas dos veces; si estás escribiendo en un entorno profesional, porque supuestamente lo eres, te lees de nuevo y ya van tres veces; y luego te lees de nuevo cuando te acuerdas que le estás hablando a 2.3 millones de personas, no a tu grupo de amigos en medio de una borrachera, y van cuatro veces. Si eres serio, cuatro son pocas veces: hacen falta 10, 30, 100 veces.
El primer culpable: el que escribió, que fue un soberano imbécil.

Usaron la palabra "victimizarse" y siguieron. ¡Y siguieron! Y luego lo que dicen siempre todos en toda parte cuando esto pasa: alguien lo escribió, alguien lo aprobó, alguien lo diseñó, alguien lo volvió a aprobar, alguien lo montó, y nadie se detuvo.
Dos líneas en blanco
Luego los culpables son todos: qué falta de imaginación. En este slide hay que imaginarse en serio a alguien que perdió a su madre haciendo dos líneas en blanco en una hoja. Quien escribe esto no se está imaginando a nadie llorando y lo físicamente complejo que es tomar un lápiz y trazar cualquier figura, incluso una como una raya, estando mal. Esta persona nunca ha intentado escribir nada, o hacer nada, estando triste. En su defecto, y explicaría por qué es un post tan macabro, esta persona nunca ha estado realmente triste. Hay que imaginarse eso para decir "ah, con razón", pero luego decir: qué hace alguien que no siente explicándome cómo lidiar con mi sentir.

Es sagrado, se sabe desde hace miles: con el duelo ajeno no me meto. Más sagrado y lógico aún: con el duelo del desconocido no me meto.
Las redes sociales también tienen ese mal-efecto de hacerle creer a algunos que son amigos solo porque se siguen. Que nos podemos decir lo que sea porque intercambiamos likes, porque a veces nos reaccionamos a las historias. Y cuando una marca se siente amiga tuya, y empieza a hablar de comunidad, siente que obtuvo una licencia para sermonearte. La marca, encarnada por empleados, empieza a sentirse como un ente dominado por seres que la componen. "No somos una marca de ropa, somos Mattelsa, y todos juntos somos al tiempo el cerebro, el corazón y las manos". Irónico: humanizar marcas es perder la humanidad propia.
Luego el otro problema de "humanizar" la marca: humanizar es darle a algo que no existe propiedades de persona, y eso no se hace ni con robots, ni con empresas, ni con animales, ni con plantas.
Volvamos al básico: lo único humanizable es el ser humano.
¿Qué aprendí de esto?
No saben lo que amo la ironía. Qué pregunta noble para hacerse después de haber publicado algo así justo después de haber publicado otra pendejada hace unas cuantas semanas. Qué autodemostración simple se hizo Mattelsa y nos hizo a nosotros: preguntarse qué se aprendió de algo no significa que uno aprenda algo. Aprender algo no significa que inmediatamente se va a incorporar el aprendizaje.
Va de nuevo: qué falta de imaginación. Esta vez más fácil: solo había que imaginarse la experiencia vivida, la propia. Si uno se acuerda de la cantidad de veces que cometió el mismo error una y otra vez, ahí mismo uno se da cuenta que pretender que una persona sufriendo un dolor profundo e inevitable esté buscando aprender algo es solamente cruel.

Oblígate a encontrarlo
Hay que dejar de ver documentales de deportistas. Literalmente nadie habla así, excepto los deportistas de alto rendimiento. Luego sus malos imitadores que se vuelven coaches en Tik Tok y se dan el lujo de decirte cómo vivir, cómo sentir y cómo morir. ¿En qué momento otorgamos tantos permisos?

Acá hay un asomo de conciencia. Ese asterisco al lado de una orden cumple las veces de un paréntesis. Es algo que se dice en medio de un asunto que tiene un tono y rompe el tono. En este caso, la crueldad al fin mermó, aunque con una ejecución cruel también. Acá se pudo haber dicho "sabemos que es difícil, pero inténtalo"; en cambio, dijeron que te obligues a encontrarlo. Sin embargo, Mattelsa (ridículo esto de hablar de Mattelsa como si fuera un alguien, pero terrible sería hablar del área creativa, cuando creativos no fueron), acá finalmente reconoce que sabe que después de 5 (o seis, ya ni sé) slides, todo eso que dijeron y todo eso que pidieron hacer es putamente complicado. Que hay que obligarse, porque hacerse y ya, no se puede, pues sabemos que no se puede. Revelamos que sabemos que estamos siendo crueles. Mattelsa, ya pa qué, y también pa' qué.
Nunca desperdicies tu sufrimiento
Acá sacan un escudo: no lo dicen ellos, lo dijo Arthur Brooks (otro pendejo). Pero acá es donde al fin puedo ser abogado del diablo: este discurso no se lo inventa Mattelsa ni Arthur, nos lo inventamos nosotros. Prestémonos atención:
"Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan", "monetice esa tusa", "usted es muy linda para sufrir por eso", "eso no son penas para un pirobo pistolero como yo", "lo bueno es que se viene lipotusa", etc, etc. Entre chiste y chiste, entre afirmación y afirmación, nos encontramos en un mundo saturadísimo de gente buscando no sentir. Creería yo, imaginando otra vez, que por eso Pixar sintió la necesidad de hacer una película en donde explicaba lo necesaria que es la tristeza en la vida. Y todos la vieron, pero les importó un culo.

Yo no sé si es que no se han enterado que el sufrimiento no debe suponer una utilidad capitalizable o aleccionadora. No sé quién se inventó eso. Es vergonzoso de alguna forma que lo primero que esté pensando la gente apenas le pasa algo negativo es cómo le saca ventaja. ¿Por qué no pueden solo sufrir y ya? ¿Por qué no dejan de buscar un aprendizaje barato en cualquier situación cotidiana? A veces la mejor forma de vivir es simplemente ver los días pasar, abrazar el dolor, andar con él.
Sufrir y no hacer nada no es desperdiciarlo.
Dime qué sientes
Para mí es fácil imaginar cualquier escenario. No le he puesto límites de ningún tipo a mi cabeza. Pero fue solo hasta hoy que me di cuenta que no sé imaginarme muerta a mi mamá, ni siquiera leyendo el post más veces que el que lo escribió. Mi mamá es inmortal. No me sentí, entonces, afectado de ninguna manera por leer algo así. Pero mis amigos han perdido a su mamá, y vivo en un país donde mucha gente pierde a su mamá en contextos violentos, y no soy capaz de imaginarme a nadie haciendo dos rayas en una hoja y volviendo a ella en un mes para escribir qué aprendió después de algo así.

Lejos de lo que uno podría asumir por lo que se dice en todas las redes sociales, el mundo es un lugar cada vez más sensible. Muchos andan cubriéndose en una coraza que no les calza. Somos blanditos y todo nos interpela: cada vez más ansiosos, más agobiados, más tristes, más autoexigentes, más resistentes, más vulnerables.
Y a pesar de eso, nos hicieron imaginar la muerte de nuestra madre. Plantaron una imagen dolorosa para luego plantar una ridícula. La suma tiene como resultado la ofensa. No pueden fingir que no se lo esperaban, así como no pueden responsabilizar a la gente de "no entender lo que quisieron decir".
Después de todo esto solo me he podido preguntar si es que realmente es tan malo borrar un post. Lo hubieran hecho. Después de preguntarme eso también me pregunto si es que es realmente tan malo pedir disculpas o aclarar lo que se quiso decir. Mostrar buena fe, reconocer el fallo. Nunca lo hacen.
El dolor, a veces, es simplemente dolor

El mundo que me imagino es uno en donde no se le da tanto espacio en nuestras vidas a nada ni nadie solo porque es famoso. Mattelsa, Kim Kardashian, Elon Musk. Se comete constantemente el error de pensar que porque alguien tiene audiencia entonces inequívocamente sabe de lo que habla. Las palabras tienen valor por sí mismas, no por quien las usa.
Por eso humildemente creo que quien sabe más de este tema de la pérdida y el duelo, no necesariamente por ser quien más ha perdido en la vida, es Leila:

Ni idea si satisfice en algo la petición. Espero que sí, Cami.
Acabo de gastarme varias letras en intentar decir de varios modos que tú, y quien sea, puede estar triste por cuanto tiempo le tome por la razón que sea, sin aprender nada, ni intentar aprender nada, y estará bien.
El dolor, a veces, es solo eso. La expresión que importa es "a veces", porque implica que a veces no es solo eso; entonces ese día que el dolor sea algo útil para transformar simplemente lo sabrás. Eso no se busca, ni se resuelve haciendo rayitas en un papel, ni obligándose, ni forzando.
Y bueh, Mattelsa no dejará de ser un éxito en redes ni dejará de seguir abriendo tiendas por la cantidad de ropa en exceso que vende después de esto. Uno que los conoce a ustedes sabe que en un ratico se les olvida (de hecho, rápido pasaron a Beele). Supongo que ya tendrán comprobado que tener tanta atención les genera ventas, que al final es lo que le paga el sueldo a quienes escriben cosas así.
P.d: poco se habla de que sacaron ese post un día después del Día Internacional de la Mujer. Tres doritos más y lo sacan el Día de la Madre.
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