Nana: mi cielo lindo
- Robs
- 6 nov 2024
- 4 Min. de lectura
Antes que el amor, antes que la admiración
Va la gratitud. Eternas gracias a Nana por estos 24 y 29 meses de vivir enamorado todos los días de su presencia en la Tierra, de su presencia en mi vida.
La noche del 2 de junio de 2022, Nana me estaba dando una camiseta con motivo de regalo por mi cumpleaños. Más temprano, en la mañana soleada del 2 de junio de 2022, habíamos dormido juntos por primera vez. Más temprano, en la madrugada del 2 de junio de 2022, en la biblioteca de la universidad, nos casamos en una boda oficiada por una amiga suya que sabía jugar al Padre; y aunque ante la ley y el Estado nuestro matrimonio no constituye nada oficial, desde ese día Dios sí cree que estamos casados.
Pero en el día y en la noche, voces susurraron por cinco meses acerca de aquello que no es oficial. Y lo que siempre olvida la serpiente es que su siseo siempre flota hasta los oídos de quien más va a sufrir al escucharla. Y las voces le decían a Nana que yo cuándo hijueputas le iba a pedir el cuadre, que eso era falta de seriedad, que ya llevábamos mucho, y que yo roncando y jodiendo estaba como raro, que demás que eso es que yo no quiero formalizar porque por ahí tengo un interés en hacer algo con otras. Las mismas voces que susurraron por años que yo era un hombre dedicado a la conquista fugaz y a hurtar caprichoso besos de cristal seguían ahí, confundiendo, aunque sin reinar. Y yo, que sabía desde el día 1 que ella sería mi novia, pero que no quería correr el riesgo de que por afanado nos iba a hacer estrellar en la curva, aceleré un poco.
Luego las razones son de adorno y de crear un cuento consistente: el cuadre se lo tenía que pedir el segundo día de cualquier mes. Para un amor como el nuestro, daba igual el día; pero para un amor como el nuestro, nada da igual, menos el día en que iniciaría aquello que es oficial ante la sociedad y ante nosotros: el noviazgo. Porque casados estábamos, pero novios no éramos. Y sé que no necesariamente es así, pero me parece que lo serio no se debe improvisar.
Los primeros dos meses fue de revalidar la sensación de que con ella quería más. En el tercer mes ya estaba pensando en cómo sería, cómo me aseguraba de obtener un sí (exacto, parecido a pedir matrimonio). Al cuarto mes fue que me enteré que los susurros ya eran discursos, entonces postergué el plan porque no iba a permitir que Nana creyera que lo que venía organizando con cautela y precisión lo hice porque me afanaron moscas que sabían gritar. Tocó esperar, y hasta que no llegó el quinto mes, todo fue aguante y dolor, pues Nana ya preguntaba explícitamente sobre ser novios. Yo, para no dañar el plan, le decía que pa' qué, si ya nos comportábamos como unos. Ella, en silencio, pensaba que pronto debía decirme que entonces no quería seguir más, que pa' qué. Yo, en silencio, le oía el pensamiento y sabía que la tenía que hacer aguantar, y que yo, así quisiera esperar más, ya no podría esperar más.
Quinto mes. 2 de noviembre de 2022. Me dijo que sí.
Celebramos cada 2. Sin falta.
Cada 2 de cada mes es sobre nosotros.
Cada 2 de cada mes el amor descubre que puede ser nombrado de nuevas formas, que puede ser vivido de infinitas maneras.
Encontramos en cada recurso existente la posibilidad de recordarnos con novedad que nos amamos. Encontramos nuevas variaciones a las formas usadas de decirnos que nos amamos para darle un nuevo sonido a la frase "te amo". Nos apoyamos sobre las artes antiguas y las modernas para repetir el mensaje, no tanto la forma. No tememos abusar de repetir el mensaje y la forma: nos amamos. Ella tiene que saber de muchas maneras que la amo, ella me hace saber de muchas maneras que me ama.
Hace poco celebramos 24 y 29 meses. Llegué a ella después de haber bailado canciones a las que no les seguí nunca el ritmo o encontrarme aturdido por sonidos estridentes que me hacían rechinar los dientes. En Nana encontré mi canción favorita y la melodía que me guía en medio de tanto ruido de ciudad. Es mi momento de aire, latido y lágrima de color marfil.
Me conmueve su existencia y me causa pasión verla desfilar por el corredor, el bamboleo de su cadera y la cascada ondular de su pelo. Busco subirle el volumen a su risa y a veces siento que quiero hacerle el mal de no dejarla hacer otra cosa distinta a reír. Que no se enoje ni llore ni se estrese ni sienta asco, que solo ría.
La veo y siento que veo todo. Se transforma en espejo y telescopio, me transforma en águila, buey, camaleón, gato y delfín. Me queman los antebrazos y me recorre por todo el pecho de forma horizontal hasta el corazón una flecha de fuego cada que la beso. Y no se alcanzan a imaginar lo rápido que descansa el insomnio mío apenas me acuesto en su pecho: Nana me enseñó a dormir.
Una vez vi cómo un girasol se volteó a mirarla a ella y el sol, en vez de llorar o quemarnos, la miró también.
Te amo, Nana. Gracias por siempre ser la mejor razón para ponerme a escribir. Dale like a la story donde publiqué este texto si quieres leer la historia completa, mega completa, de cómo fue conquistarla.
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