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Pablo Escobar reencarnó en Westcol (y Tiktok)

  • Foto del escritor: Robs
    Robs
  • 5 mar
  • 6 Min. de lectura

El título es llamativo, polémico, baaaaaaaaait, para que ustedes digan "Dios mío, este pendejo ahora qué está diciendo", justo como lo hacen los influencers más famosos y los medios más leídos. Pero voy a defender ese título porque la analogía, que es absurda y desproporcionada, también tiene sentido. Una ficción-no ficción-ficción.


En los años 80 y parte de los 90, el que no quería ser sicario no entendía la puta vibra; principalmente en Medellín, pero en general en todo el país. Lastimosamente me perdí esa época porque nací a principios de los 2000, y es una lástima porque entre encenderme a bala con la policía u otros jóvenes y morir joven o ir a la cárcel, o tener que estar en Tik Tok (aunque no tengo que, pero tengo que) y ver la cantidad de muchachos entregando su alma por un poquito de atención y fama, yo tengo claro qué prefiero.


En el primer caso al menos había un estado del alma en el que uno crecía en experiencia. Aprendías a manejar moto con habilidad y clase, controlabas toda situación de riesgo anestesiando tus nervios, incluso sabías qué menjurges beber para evitar cagarte antes de ir a una misión. Controlabas la ciudad, conocías todos sus callejones, cualquier terraza era tu propio mirador. Había conversaciones cotidianas, sabías lo que era el poder de verdad y el júbilo que produce causar miedo. Aprendías de química y combustión, de mecánica y metalurgia. Hacías benchmarking y networking, pero no tenías que aprenderte 150 palabras en inglés que fácilmente podrías decir en español porque tienen una traducción precisa al español. No faltaban recursos, y aunque no vivías con exceso de lujos, ya vivías bien. Era la vida bien vivida.


Hasta podía alcanzar a ser mejor que trabajar para una compañía. Quédense conmigo: compartan la visión: Hoy tu trabajo es, por más cool que sea, hacer que alguien con plata tenga más plata. Así mismo uno mataba gente para que Pablo Escobar hiciera más plata. Va empatado. Aunque tu horario de oficina esté definido por la ley, tu jefe te va a pedir cosas por fuera de él. Pablo era igual. Sigue empatado. Pero en la organización de Pablo realmente no había que esperar tanto para escalar y ganar más plata. Si eras efectivo y simplemente no delatabas (fácil) ni te morías (re fácil), pasabas de ser un sicario raso a ser jefe de sicarios, control de exportaciones, mano derecha de. Pablo sabía de motivación y salario emocional: te hacía sentir que lo que hacías importaba, y luego lo premiaba.


Pero lo mejor de esa vida con Pablo era esa constante sensación de que no había que estudiar, ni ser talentoso, ni esforzarse para poder vivir bien. Porque saber dónde van las tildes no da plata, saber dónde queda el río Sinú menos, que el verbo to be solo le sirve a los que pueden irse a vivir a EE.UU.


Cucha, pa qué hijueputas el colegio si ese profesor de mierda no tiene plata, ¿qué me va a enseñar? ¿Yo pa qué factorizar si con solo apretar gatillo la puedo sacar de este barrio?

Esas lógicas se enredaron en nuestra cultura y te da la sensación de que los nuevos bebés paisas nacen con ella. O sea, los bebés colombianos. O sea, los bebés latinoamericanos. Si no nacen así, lo aprenden rápido. En el automatismo del día a día por acá le decimos Cultura Narco: una sociedad que entiende que con fuerza, violencia y desprecio por lo humano puede obtener lo que quiere. Una cultura resumida en la máxima que reza que no se puede criticar a nadie que tenga plata si no es por envidia.


Entonces Tik Tok es Pablo.


Lo que pasó gracias a Tik Tok, que no hizo ninguna otra red social, fue darle la sensación a todo el mundo que podía ser famoso siendo ordinario, como Pablo.


Con la fama viene la plata. La fama y la fortuna, bien material al alcance de los talentosos (o los que ya nacían con plata), como músicos, actores, empresarios y esa gente que sale en revistas y movía la farándula, dejó de ser algo solo de ellos. Cuando la gente sintió que podía ser famosa por sus propios medios (ignoremos que Tik Tok privilegia a usuarios con ciertas características), las lógicas que imperaban con Pablo en su momento se hicieron un nuevo lugar en nuestros tiempos, aunque esta vez sin nadie mandando a matar a nadie (que yo sepa).


Tik Tok hizo que muchachas lindas haciendo bailecitos se hicieran famosas y les regalaran cosas, y las buscaran para darles trabajos (recochas) bien remunerados, a cambio de eso, que es nada. Tik Tok hizo que muchachos diciendo cosas con cierta elocuencia pudieran ser llamados a entrevistas y pudieran cobrar por eso que hacían, que es nada. Tik Tok hizo que muchos hijos de familias tradicionales se atrevieran a decirle a su papá y mamá que ellos no quieren ir a la Universidad, que pa qué, si con Tik Tok los pueden sacar del barrio.


Mami, yo no quiero saber nada más de Derivadas ni Comercio Exterior... quiero ser kreadorah de kontenido, como Isalondo, que la admiro mucho.
Pa, ¿sabe qué? No se gaste esa plata en una universidad. Lo que yo tenga que saber me lo enseñan en Youtube y en Chat GPT. Por ahora párchese, que yo voy a enseñarle a los hombres cómo ser machos alfa. Viva la libertad, carajo.

Porque claro, si yo veo que esa persona humilde como yo, charra como yo, fea como yo, mal vestida como yo, sin talento como yo, que no sabe sobre ese tema más que yo, que no tiene una cualidad que es solo de él, tiene fama y posteriormente fortuna, ¿por qué carajo yo no voy a poder? Si con Pablo solo había que tener piernas y manos para correr y disparar, y en Tik Tok solo hay que tener internet y celular, ¿qué me detiene?


Entonces Westcol, para irnos al ejemplo fácil. No tenía ni que ser bueno jugando jueguitos, ni enseñarte nada sobre nada. Un muchacho elocuente que veía cosas en internet (como yo) que las comentaba en vivo (como yo podría hacer) mientras sin filtro ni moral podía decir lo que se le atravesara por la cabeza (yo podría fingir ser ese si eso me diera la plata que él tiene, que en teoría lo haría, pero ya el personaje está cogido, entonces no).


Es más, Pablo reencarnó en Westcol.


Él, como Tik Tok, le hace creer a todo el mundo que no hace falta talento ni conocimiento ni capacidad para ser millonario. Y que él, como es millonario, no es ni criticable ni desmontable. Él puede decir lo que sea contra quien sea y la mayoría le dirán a la minoría que lo cuestiona que mientras lo critican él está montado en un Rayo McQueen siendo la persona más vista y consumida de Latinoamérica. Como hacían con Pablo (aunque él jamás habría tenido un carro tan feo, cosa que digo por envidia). Y esa forma de quedar blindado a través de la fama y la fortuna solo se puede obtener por gente como nosotros a través de Tik Tok, o a través de las plataformas que surgieron bajo la lógica de que cualquiera puede ser su propio producto, como Twitch o Kick.


Eso sí, primero hay que lucharla (subir un video diario, no hay ni que editar) y aguantar (los comentarios de desconocidos tirando "hate") para finalmente empezar a percibir los beneficios de ese gran, gran, graaaan esfuerzo. Y confiar, claro, en que más pronto que tarde tu vida va a cambiar.


Supongo que lo que me gustaría decir es que, entendiendo el valor de que todos podemos ser famosos y lo bonito que alcanza a ser cuando alguien lo logra, era mejor cuando solo los famosos de cuna podían serlo. Esa idea clasista, sí, pero que evitaba daños mayores. Que nos mantenía separados y acomplejados y deseando algo que sentíamos que no podíamos alcanzar, hasta que llegaban esos pequeñitos casos excepcionales como Justin Bieber y su catapulta a la fama después de subir un video cantando en Youtube, que igual se da porque es un hombre (en ese entonces niño) hermoso y blanquito, pero también porque es claramente talentoso.


Como ya no importa ni eso, lo importante es estar, que de pronto un día pegas un viral.


Y así como de Pablo se dice que hizo un daño irreparable para el resto de generaciones de nuestro país y nuestra ciudad, se dirá lo mismo de Tik Tok, pero del mundo. Sino que antes de que eso pase lo que va a pasar es que Tik Tok primero va a ser muy, muy defendido, como se hizo con Pablo y se hace con Westcol. Y dirán:

Marica, ¿en serio estás comparando una plataforma de videos donde nadie le hace mal a nadie con un tipo que mandaba a matar gente y poner bombas? Puesssss es que se enloquecen y no avisan, malo hablar, creyó que rompió y arregló... *y otros 19 comentarios de bot aprendidos en tik tok*

Y yo les responderé que no lo estoy comparando, que estoy diciendo que son lo mismo, porque con algo de suerte y fe, ser así de estúpido y desatinado, sea que lo piense o no, me dará fama y posterior fortuna, y podré dejar de bloguear, o podré solo bloguear, y viviré bien (muy bien) mientras ustedes me criticarán solo porque me tienen envidia.



Westcol papasito



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