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El dolor adulto siempre inicia en los dientes

  • Foto del escritor: Robs
    Robs
  • 29 oct 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 30 oct 2024

La lengua es una pasarela hecha un desfile de modas. Modelan mujeres esbeltas y pequeñas, quienes usan vestidos de baño de dos piezas que tapan apenas sus partes, con un público sentado en los dientes que ya no disfruta de la belleza.


Las puertas del show están totalmente cerradas con candado y cadenas. Dos guardas con lanzas envenenadas no permiten entradas ni salidas hasta la hora del sueño, que es donde todos se relajan y pueden dormir. El problema para las modelos es que no saben en cuáles noches el cuerpo se irá a dormir.


La pasarela entonces casi que acaba nunca. Las modelos están obligadas a quedarse dando vueltas. Alguna de ellas a veces se aburre y se abraza de la úvula, columpiándose de forma horizontal y no vertical, pues es bien sabido que así se evita activar el reflejo del vómito en su totalidad. Que a lo sumo, el estómago solo se aprieta y duele, pero el vómito no sale.


Algunas modelos se cansan de la sobreexplotación, así que se deslizan por el tobogán de la garganta. Algunas usan telas deshilachadas y por eso me raspan y me queman, pero todas las que caen en el estómago hacen una fiesta en la piscina de sus jugos. Se sientan en flotadores hechos de carne de la cena de ayer, usan los maicitos que jamás se desharán para apoyar sus cabezas y se esconden detrás de los riñones cuando se busca asesinarlas con cocteles y tragos afrutados.


Sin embargo, a veces la fiesta se acaba porque el nivel de agua de la piscina baja, y se acumula sobre ella una capa de lodo por la que se deslizan babosas y caracoles. Las modelos se ensucian y buscan una liana en forma de lechuga o una semilla de algún fruto que las mantenga elevadas, pero nunca pasa. Sucias y cansadas por intentar mantener su figura como pueden, entraron en huelga hace meses -algunas, las rebeldes, que cada vez son más-.


Las condiciones laborales son infrahumanas: no les llega nunca una fruta ni una verdura. Entre más piden comida baja en grasas saturadas, más llegan harinas y licores. Y tampoco saben cuándo llegará la siguiente ración. Dejaron de hacer desfiles y ahora están atrincheradas, golpeando con sus cañones los molares inferiores y superiores, los incisos inferiores y superiores, y el canino derecho superior.


"SEÑORAS, TENEMOS QUE APUNTARLE A LOS DIENTES PARA HACER DAÑO DE VERDAD. APUNTARLE AL CORAZÓN ES UNA PENDEJADA" - Grita la lideresa del movimiento - y yo, que la escucho, sé que tiene razón. Los dientes están conectados con todo el cuerpo a través de los nervios que se irrigan por las encías hasta conectarse con el cerebro. Así es cómo los musculos se debilitan, los huesos se parten. Acá puede ser mentira, pero parece que los 32 dientes adultos están conectados a la parte del cerebro que activa la producción de melatonina, y por eso dañarlos detiene completamente su flujo. Las modelos queriendo dormir, pero prefieren iniciar una guerra en donde yo no duerma, así ellas no duerman, con tal de que yo no duerma.


Los ojos se mantienen abiertos y el roce con el aire los reseca. Parpadear es un duelo constante contra el fuego. El estómago se retuerce cada vez más, quedando con la forma que tiene la trenza de un caballo. Los brazos y piernas se desintegran, y toman la forma de un tubo. Y el pelo, ¡ay, el pelo!, ¡se transformó en un diente de león! Luego la piel, que se siente como una camiseta dos tallas menor. Pica toda, como si estuvieran lloviendo agujitas. Le crecen bultos por debajo, como si hubiera un topo intentando atravesarla. No cicatriza más, ni siquiera las pequeñas caricias que te hace el gato con su uñitas. Y el exceso, que hace que la carne ceda, que hace que el cirujano del plástico sea lo mismo que el cirujano de la dermis.


Pero sobre todo la espalda, que ya no resiste la figura de ninguna silla, que está peleada con todos los diseños y de paso con todos los ingenierios de diseño de producto que trabajan concavidades, convexidades, flexibilidades y ergonometrías de todos los tipos para un cliente que paga poco y nunca le gusta nada.


Solo suena música en pequeños sectores de una orquesta dirigida por niños sin sentido del ritmo. Los cables están enredados y desenchufados. Solo quedan los dedos, que hacen esto; el corazón que los mueve; el pedacito de cerebro que es entusiasta por la vida y, sobre todo, los premolares, que las modelos aún no atacan porque saben que en los de arriba inician las ideas y en los de abajo inicia la esperanza.


El 13 de noviembre tengo cita odontológica. Espero malas noticias. Te fallé, Colgate 360. Pero bueno, vean este meme:

Comic sobre lo bruscos que son los odontólogos.
Si te ríes debes lavarte los dientes

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