top of page

Las mujeres y las boy bands: no hay que entenderlo

  • Foto del escritor: Robs
    Robs
  • 17 oct 2024
  • 4 Min. de lectura

El 16 de septiembre, cuando aún se podía ver el sol en Buenos Aires, murió Liam Payne.


Me llamó al celular y estaba llorando; agitada y ahogada, me avisa que uno de los cinco que hizo parte de la música que la nutrió de emociones fuertes cayó de un tercer piso. Dos posibilidades: está herido o no lo está. Nunca dijo que quedó herido. Mala mía: me relajé un poco cuando escuché que fue él y no alguien cercano, alguien que sí importara. Corrección: me volví a preocupar cuando caí en cuenta que murió alguien cercano y que sí importaba.


Menos mal me di cuenta rápido. Un segundo pasó entre esas dos distancias para estar ahí con la palabra, hasta que la calma y el aire llegaron. Me colgó y esperé a que llegara a mi encuentro. En ese ratico de espera daba para pensar una tontería que obligaba a la empatía: ¿cómo me pondría yo si el nombre no fuera Liam Payne sino Lionel Messi?


Honestamente no me dan las tripas ni la energía para preocuparme por ningún famoso. Si Messi mañana se muere, el malestar me va a durar 15 minutos y seguiré. La fama es una industria tan lejana a mi entendimiento que por eso no veo personas, veo robots y productos maquillados: ninguno dice lo que piensa, ninguno piensa lo que dice, viven mundos lejanos que no se parecen nada a la vida de nadie; les celebran todas las nimiedades, les perdonan todos los daños. La inmunidad que goza el famoso me da asco, y desde esa sensación que me causan es que no me interesan más allá de lo que ofrecen como producto. Pero Messi es el único que me causaría malestar esos 15 minutos, y ese es mi punto de partida para escalar el tema a lo que el título de este blog dice.


El concepto de boy band está mal visto porque está mal definido. Creemos todos que son adolescentes bonitos que cantan pop. El concepto, para mí, se agranda a todos los géneros, y del pasado y el presente están todas las que se les puedan ocurrir: Morat, Big Time Rush, Jonas Brothers, BTS, The Beatles, N Sync, Menudo, The Jackson 5, Guns n' Roses, Nirvana... Luego creo que se vale agrandar aún más el concepto: boy bands también son los equipos de fútbol. Hombres que hacen parte de una agrupación que a través de su trabajo generan emociones fuertes sobre una gran masa heterogénea de personas que, asociadas a la boy band, se vuelven una homogénea.


Acá la analogía se presta a la conclusión: aquello que yo creía que no entendía cuando veía a todas las niñas y adolescentes y amigas y novias y hermanas siendo fanáticas de estas boy bands (y eso sin hablar de sus equivalentes femeninas) realmente siempre lo entendí porque siempre vi fútbol. Y no lo veía por la inmadurez y egocentrismo de creer que solo lo de uno vale y es mejor, y lo que no se le parece es ridículo y baboso. De paso se puede reconocer que ahí hay machismo por esa dificultad natural del hombre de no querer ver a la mujer feliz disfrutando cosas y encontrando espacios, y menos si eso que disfrutan son otros hombres.


Sí, la pasión que tenemos por unos u otros y creemos que tiene todo el sentido del mundo, no la tiene; ni la de ellas, ni la de nosotros. Pero simplemente existe y la verdad es que madurar sí es reconocer que ese delirio es hermoso.


Entregarse a figuras grandes y lejanas permite orientar un camino, afianza nuestra relación con la vida. Para algunos es una boy band, para otros es el fútbol, para muchos es la religión, para otros es la profesión. Todo lo mencionado está caminando sobre el mismo eje, quiéranlo o no. Entonces permítanme retractarme: el famoso no es un producto, es un movilizador. Cumplen una labor grandísima de acompañar y provocar a través de lo que hacen, y se hacen importantes para quien lo consume cuando no se piensa en que se les está consumiendo, sino disfrutando.


¿Entonces cómo no van a llorar por él? Obvio hay que llorarlo.

¿Cómo tiene lugar burlarse de quienes lo lloran? No lo tiene.


Un hombre muere a sus 31 años en circunstancias perversas y millones de personas sienten el dolor que causa la muerte de una persona que se estima, pero también está el otro dolor, que es el más grande, de la ilusión que se apaga cuando muere alguien que produce arte que emociona: la confirmación de que nunca más lo hará. Cuando el artista vive siempre está presente la posibilidad de que un día vuelva a hacer nuevo arte, y sin Liam se confirma que nunca más volverá la boy band que hizo llorar de alegría tantas veces a todas sus fans.


Nada es más doloroso que la ilusión rota.


Cuando llegó, la abracé. Le hice saber que podría estar bien, que el recuerdo de algo valioso sigue vivo en ella. Que puede hacer un duelo, que tarde lo que deba tardar, y que nunca estaría sola en medio del dolor que causa perder.


No le hice saber que le agradezco ablandarme el corazón para darme cuenta que el día que muera Messi, quince minutos no alcanzarán: necesitaré mucho tiempo para volver a estar bien. Le agradezco también hacerme ver que aquellos que nos emocionan al menos una vez, pero luego saben hacerlo durante mucho tiempo, muchas veces, sí son cercanos; porque la gratitud siempre acerca, y gratitud es lo que hay para quienes con su existencia y su capacidad nos llenaron de algo que no sabíamos que podíamos recibir.


Que el cielo te guste, Liam. Es lo que te deseo por haberla hecho feliz tantos años.


Los memes de Liam eran los mejores.
Liam filosófico <3



Comentarios


©2020 por Libre. Creada con Wix.com

bottom of page