Mattelsa me dijo que no, y estoy triste
- Robs
- 13 ago 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 ago 2024
Cuando comencé mis prácticas universitarias hace dos años en Breakfast Club, la empresa que produce La Solar o Ritvales, por decir un par, nunca pensé que estaría ahí dos años. Y aunque había tenido trabajos antes de esta experiencia, la realidad es que uno no trabaja realmente hasta que tiene un contrato a término indefinido con todas las prestaciones.
Llegué a Breakfast Club de la forma más efectiva: la rosca. Una amiga me manda la oferta, yo me anoto, voy a una entrevista y al otro día me dicen que bienvenido. Fue excesivamente fácil, y para mi fortuna todo en mi vida siempre se ha dado así de fácil: no lo busco, llega solo; no hay que esperar, todo se da rápido. Siempre dando por sentada mi suerte superior al promedio, pero sabiendo que esa no era la forma en la que ocurrían las cosas en el mundo ordinario. Y bueno, acostumbrado a hacer las cosas muy, muy bien, me ofrecieron quedarme.
Dos años, hasta que hace dos semanas mi jefa y la de RRHH nos llamaron a Rafaela y a mí a una oficinita para decirnos que trabajábamos hasta mañana. Palabras y expresiones como "unilateralmente", "indemnización", "esto es muy triste" y las siempres naturales "esto es una oportunidad para crecer" y "muchas puertas están por abrirse" me marearon. Lo inesperado y abrupto de la noticia me dejaron mudo, y las lágrimas de Rafa me impidieron sentir algo que fuera muy mío. Miro al vacío, hasta que me invitan a decir algo; yo agradezco y salgo con mi carta de despido en mano.
He aquí una confesión: necesitaba salir de ahí. Me sentía estancado, como enclaustrado, como limitado. Millones de ideas planteadas que no vieron la luz por cualquier razón, diferencia de visiones en las que no existe el debate sino la victoria de quien tiene más poder, y muchas promesas incumplidas. Según me cuentan, es raro el trabajo que no es así. Entonces sintiendo y viendo tanto, hice lo que hace la gente: buscar trabajo mientras seguía en el trabajo.
Una semana antes de ser despedido el universo se puso juguetón a darme señales. Una amiga me escribe diciendo que su jefa es amiga del man de Mattelsa, y que están buscando un copy. Sin creer en señales, esta parece una. ¿Cómo así que quiero salir de acá, y de la nada me llega esta oportunidad?
Le digo que sí, que por favor, que me salve. Es otro lugar, otra dinámica, mejor sueldo y la clarividencia de que ahí sí voy a crecer.
Entonces me enlazan, mando HDV, voy a una entrevista, me dicen que avanzo. ¿Avanzo? ¿Cómo así que aún no estoy contratado y comienzo mañana?
Me mandan una prueba técnica, la hago en 8 o 10 horas, me dicen que avanzo. ¿Sigo sin estar contratado? ¿Cómo que otra entrevista en cuatro días?
A los tres días fue que me despidieron en Breakfast Club. Le cuento a mi familia y mi hermano, el optimista, dice:
Parce, donde lo contraten en Mattelsa usted es muy de buenas: sale indemnizado y bien luqueado y comienza en otra empresa sin tener que haber renunciado.
Y tiene razón. Todo se está dando de forma tan efectiva que así no crea en señales, también es cierto que tengo más suerte que el promedio.
Al cuarto día voy a la entrevista y me dicen que me avisan. ¿Pero qué más hay que esperar? ¿Por qué no sabes que no quieres escuchar a nadie más, y me confirmas que el puesto es para mí?
Espero 7 días enteros. En total dediqué tres semanas y algo más. Me dijeron que no. Palabras y expresiones como "gracias por dejarnos conocerte", "es un orgullo para nosotros" y la siempre natural "las puertas siguen abiertas". ¿Por qué el mundo está obsesionado con las hijueputas puertas?
Este texto es una tontería. Te dijeron que no, ¿y qué? A todos les dicen que no más veces de las que les dicen que sí. Así es el empleo en Colombia. Mejores cosas vendrán y las puertas, las puertas, las puertas. Que tranquilo, que yo soy teso, que las puertas.
Lo que pasa es que la burbuja explota y te deja aturdido. Estoy demasiado acostumbrado al éxito y a la suerte, y donde he puesto energía y talento suele darme el fruto que espero. Es así, tengo esa suerte. Y ahora estoy triste, pues vengo perdiendo todas las finales en todo lo que sí quiero ganar. ¿Me quedé sin suerte? ¿O mejores cosas vendrán?
Agradezco a todos los que alentaron por que esto se diera. Si alguno de ustedes cree que las cosas no se cuentan hasta que sucedan, lamento decirles que están muy mal rodeados. Mis amigos, familiares y mi novia fueron fans. Y todos decían que Mattelsa me calzaba perfecto, y todos dicen que ellos se lo pierden. Y ninguno de ellos es mentiroso.
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